A su paso por la sociedad, internet ha dejado un sinfín de alternativas de visibilidad y crecimiento abiertas al mundo. Buscar y encontrar información sobre cualquier cosa y hallar respuesta a nuestras preguntas son algunas de las posibilidades que nos encontramos en el camino. Como consecuencia, han surgido efectos positivos, pero también negativos. Sirvan de ejemplo los delitos contra la propiedad actual. Es por eso por lo que los centros y cursos de formación han encontrado numerosos desafíos.
¿Quieres saber de qué se trata? Te invitamos a que sigas leyendo este post para descubrirlo.
7 desafíos de los cursos de formación online
Las empresas y profesionales que trabajan con información requieren calidad en su trabajo y son escenario de multitud de conocimientos. Sin embargo, con la llegada de internet, los cursos de formación han encontrado un lugar idóneo para entrar en acción: el mundo online. ¿Qué desafíos han encontrado en el camino?
- Mantener la originalidad de la información contenida en sus cursos.
Puede lograrse protegiendo adecuadamente la información y garantizando el nivel de seguridad que proceda en cada caso. De este modo, estaremos estableciendo barreras contra los delitos de propiedad intelectual, tal y como el plagio. Se trata de un tema a la orden del día, pues hemos visto diversos intentos fallidos al respecto: los más usables han resultado poco seguros, y los más seguros han sido un dolor de cabeza para el usuario.
Sin embargo, el uso adecuado de la tecnología IRM y la segunda generación armoniza la seguridad con la que se distribuye la información, con la facilidad que tiene el usuario de disponer del contenido dirigido al mismo, añadiendo un conjunto de datos estadísticos de mucho valor. Por ejemplo: poder saber qué interacciones ocurren entre los alumnos y los documentos que conforman el material del curso o dar un tiempo de vida a un archivo determinado.
- Cumplir con la normativa vigente en materia de protección de datos.
Este punto cobra importancia cuando hablamos de datos personales del alumnado, por ejemplo. Debemos recordar que en los cursos de formación no solo se maneja material didáctico, sino también datos personales de los alumnos. Como consecuencia, deben cumplir con los requisitos del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
- Establecer el nivel de seguridad correspondiente a su información.
En relación con el punto anterior, los datos personales deben incluir las medidas de seguridad correspondientes al nivel básico, medio o alto, dependiendo de su naturaleza. Entre estas medidas se encuentra la del cifrado o encriptado de datos.
- Encontrar una metodología para conseguir nuevos alumnos/clientes.
Se trata de una estrategia integral de la empresa o grupo de formación en la que debe estar presente la ciberseguridad. En concordancia con el resto de los puntos, la seguridad en el mundo online es la clave para superar todos los desafíos que te contamos en este post.
- Aumentar el compromiso con la formación online.
Garantizar la seguridad de los documentos permite aumentar el compromiso de los alumnos con la finalización de sus cursos. Aunque parezca un motivo irrelevante, está demostrado que trabajar con esta garantía aumenta la motivación en el alumnado.
- Consolidarse y ganar terreno.
Gracias a su profunda adaptación a la normativa, así como el uso de técnicas para evitar el plagio y garantizar la originalidad permiten que, poco a poco, el sector de la formación vaya consolidándose como un líder de referencia.
- El mayor desafío será superar las barreras.
Así es. El mayor desafío de todos será superar estos retos o barreras. Entre todos podemos conseguirlo.
Resumiendo…
Como puedes ver, la mayoría de los desafíos que mencionamos en este post están estrechamente relacionados con la ciberseguridad, y es que no es para menos, sobre todo teniendo en cuenta las exigencias cada vez más minuciosas que establece la normativa. Son los desafíos que tendrán que resolverse durante los próximos años.
La ciberseguridad ha entrado en juego y ha venido para quedarse. No lo decimos nosotros, lo dice el reflejo de una realidad que cada día nos muestra nuevos casos de plagio, tal y como muestra el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Por ejemplo: escuelas especializadas del sector decoración han sido objeto de plagio por sus propios estudiantes y profesores que, con el mismo material informativo, han logrado clonar el negocio original convirtiéndose en competidores. Todo esto sin que la academia principal haya podido jamás demostrar la propiedad intelectual de su material.