Los autónomos son aquellos héroes del mundo que caminan en solitario. Tienen la condición de trabajador, pero con el añadido de haber constituido una sociedad mercantil. Trabajan a diario con información cuya responsabilidad recae sobre ellos mismos, pues no tienen que rendir cuentas a nadie. Entre estas responsabilidades encontramos la gestión de la empresa y sus tareas precisas relacionadas con catálogos de venta, envío de propuestas comerciales, facturas, contratos, y, posiblemente, la custodia de la información confidencial de sus clientes.
¿De dónde surge la necesidad de proteger sus datos?
De por sí, la protección de datos ya es una necesidad y obligación en sí misma, pero cuando se trata del tratamiento de la información personal de nuestros clientes, lo es aún más. ¿Por qué?
Solo para convertirte en un auténtico autónomo ya necesitas cumplir una serie de condiciones y movilizar gran cantidad de papeleo: altas en el RETA, Seguridad Social, Hacienda… Cuando todo se asienta y logran crear su propio negocio con clientes reales, la cosa cambia. Nace un hilo de esperanza que debe ir acompañado de la protección. Los autónomos intercambian numerosos datos con sus clientes, tales como nombres, apellidos, DNI, números de cuenta, etc., de manera que cuentan con una gran responsabilidad sobre su tratamiento.
Son las personas físicas o jurídicas responsables de los ficheros.
La cobertura del RGPD
Los autónomos, como empresas, tienen en sus manos la gestión de un derecho fundamental protegido por la Constitución española y referente a las personas físicas, el de la intimidad. Su objetivo es atender una realidad en la que internet es un claro protagonista. Así que, nos encontramos ante una legislación que “quiere garantizar la protección de los datos personales de las personas físicas incluyendo mecanismos de seguridad para el tratamiento y la disposición de estos”.
¿Qué papel cumplen las ofertas comerciales?
Este es uno de los documentos informativos que manejan los emprendedores en sus negocios. El objetivo no es solo hacer llegar estas ofertas a sus clientes y aumentar las oportunidades de venta, sino que también quieren hacer un seguimiento de estas (si son recibidas por los usuarios receptores, si acceden a ellas, cómo lo hacen, etc.). Por difícil que parezca, es una opción real al alcance de todos, pero para conseguirlo es necesario tirar de herramientas que integren la lógica IRM, y con ella la trazabilidad.
Las personas autónomas suelen utilizar estas ofertas para dar a conocer nuevos productos o servicios y para aumentar sus ventas. Por ello, emplean gran parte de su tiempo en realizarlas. Nuestras preguntas van en esa línea: ¿por qué no hacen un seguimiento exhaustivo de estas para que nada se les escape de las manos? ¿Son conscientes de las ventajas que podría aportarles un sistema de estas características? Y lo mejor de todo, lo harán sin ningún esfuerzo.
En resumen
A los autónomos no solo les preocupa su crecimiento, sino la seguridad que los acompaña en el proceso. Quieren que su información y sus documentos estén 100% seguros en los lugares en los que los almacena, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de incidentes de seguridad que se producen cada año. Es más, son conscientes de que el RGPD ha supuesto un antes y un después en la manera en que gestionamos la información, así que encontrar una forma efectiva de protegerla puede ser su mayor reto.
Para acabar este post, nos gustaría compartir contigo un error común que se aprecia entre estos profesionales. Parece que existe el prejuicio del encarecimiento de la tecnología IRM. A priori, puede parecer razonable, pero no cierto. Los proveedores de IRM no suelen dirigirse al público one to one, así que muchos autónomos ni siquiera saben que existen estas soluciones intuitivas, asequibles y usables.
¡No te quedes con ninguna duda!