Los ataques informáticos se han convertido en un delito cada vez más presente. Los cibercriminales sueñan con tener el poder sobre los negocios, hacerse con datos personales y utilizarlos para su propio beneficio. Los despachos de abogados se han convertido, así, en un punto clave al que acechan estos mangantes de información, que luchan por hacerse con el principal activo de los despachos. Es por ello por lo que proteger de una fuga de datos tu despacho se ha convertido en un punto crucial.
Confidencialidad e intimidad, dos principios inviolables
La importancia de los datos manejados por los abogados radica en la confidencialidad, en general, y en la intimidad de los clientes a los que pertenecen, en particular. Vivimos en una sociedad en donde negocios como los de la abogacía guardan bajo llave información que permite la toma de decisiones a quienes tienen su poder, un hecho que se convierte en la principal razón por la que es necesaria la protección de los datos. Estos, son la fuente principal del trabajo de los abogados, y sin su protección podrían caer en manos de cualquiera, modificarlos y, como consecuencia, publicarlos y hacer fracasar un caso. De la misma forma, proteger de una fuga de información tu despacho es el punto clave en el que enfocarse para evitar pérdidas.
Los testimonios con los que los abogados trabajan a diario son almacenados en documentos y ficheros que, en la mayoría de veces, quedan flotando en una nube que creen segura. Pese a que se trata de una realidad, no basta con quedarse de brazos cruzados manteniendo la esperanza en no ser los siguientes mediocres a quienes les roben la información.
Privacidad y seguridad aplicada a un despacho de abogados
Los despachos de abogados trabajan día a día con datos fundamentales para sus operaciones. Es evidente que todos hemos escuchado hablar de privacidad y seguridad, pero cuando se trata de nuestro negocio ¿aplicamos estos dos conceptos? Resulta necesario hacerlo, pues en los despachos de abogados se trabaja con información que no solo puede afectarnos a nosotros y a nuestro negocio, sino que también influye sobre otras personas. Estas pueden ser nuestros clientes, aquellos que han depositado su confianza en nuestro servicio. Por lo tanto, ¿qué pensarían si sus datos cayeran en manos desconocidas?
Dia a día, observamos y escuchamos noticias que hablan de ataques informáticos, hackeos, y otros sistemas de entrada sin ningún tipo de permiso. Son acciones que se encuentran a la orden del día, por lo que la protección de datos se ha ido convirtiendo en algo obligatorio para las empresas. Cualquier profesional, empresa u organización que trabaje con algún dato de carácter personal, como pueden ser los despachos, está obligado a hacerlo en conformidad con la ley.
El riesgo de no proteger los documentos de un despacho
Existen empresas que están sufriendo grandes pérdidas debido a las brechas de seguridad, en general, y por no proteger de una fuga de datos tu despacho, en particular. Tomar el control, desestabilizar o dañar un sistema informático, ya sea un ordenador o red privada, es una realidad ante la que los despachos deben actuar. De lo contrario, las consecuencias pueden ser muy dañinas para los mismos. Sus documentos, ficheros y archivos viajan de un lado para otro, o, lo que es lo mismo, se mueven, en la mayoría de ocasiones, sin protección por el universo de las tecnologías de la información y de la comunicación. No obstante, este es un riesgo ante el que los despachos de abogados y otras industrias del siglo XXI no pueden dudar. Tanto es así, que muchas de ellas ya están tomando las medidas necesarias para desempeñar sus labores con total seguridad.
Los despachos de abogados: un escenario atractivo para los cibercriminales
De esta forma, los ataques informáticos se han convertido en una de las principales amenazas a la seguridad de las empresas de todo el mundo, especialmente de aquellas en cuya información reside el poder. En España, el hackeo a los despachos se ha convertido en algo fácil para los piratas informáticos. La razón se debe, principalmente, a que muchos de ellos son firmas pequeñas, más vulnerables, lo que las convierte en un objetivo especialmente atractivo. Sin la protección, ningún despacho está a salvo, pues según datos del Instituto Nacional de Seguridad (INCIBE), en 2016, se contabilizaron 70 casos de bloqueo de archivos y sistemas en despachos de abogados, además de exigirse el pago de rescates.
Un caso concreto de ciberataque producido durante el año 2017 en España podría ser el de Telefónica, cuando el virus WannaCry había provocado alarma mundial. En total, se estimó que se habían producido alrededor de 45.000 ataques en 74 países diferentes, para los que se pedía un rescate.
Tras lo dicho, solo nos queda actuar, pues la protección de nuestra información de poder es un acto del que no podemos prescindir y ante el que todavía se está a tiempo. Hagámoslo por nuestro negocio y por quienes han depositado su confianza en él.