Los centros de formación y la protección de los datos

La protección de datos se ha situado en el centro de todas las empresas europeas, sin importar su condición, tamaño o sector. Es un punto de referencia para el buen funcionamiento de las compañías, en general, y de los cursos de formación, en particular. Tal y como queremos contarte hoy, el sector formativo cumple un papel muy importante en nuestra sociedad. Miles de datos personales se almacenan en estos centros, desde nombres y apellidos hasta expedientes académicos.

Hace 10 meses que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) se asentó como un pilar más, pero ¿cómo lo están viviendo los cursos formativos?

Mayor homogeneidad

Establece el Reglamento un objetivo prioritario, el de “proteger a las personas físicas en relación con el tratamiento de datos personales, un derecho fundamental”. Durante los últimos años ha aumentado el intercambio de datos personales entre los operadores públicos y privados, incluyendo personas, asociaciones y empresas.

No podemos hablar de completa calidad si no se cuenta con un sistema de seguridad que garantice el cumplimiento del Reglamento europeo. Gracias a estas herramientas, los cursos formativos han aumentado el control sobre el contenido compartido con sus alumnos (número de accesos, momento en el que se ha accedido al contenido, fecha de caducidad para garantizar el acceso en un plazo determinado, etc.).

Los profesionales de los cursos de formación buscaban la homogeneidad y hoy, 10 meses después de la aplicación del RGPD, lo han conseguido.

¿Qué ha cambiado en las empresas?

Aquellas empresas y profesionales de formación que se han adaptado a la normativa mediante herramientas de ciberseguridad, como el cifrado, han fortalecido su estructura y han generado un mayor clima de confianza con sus clientes o alumnos. El Reglamento no ha supuesto un obstáculo para su crecimiento, como pensaban algunos, sino que ha servido de impulso para trabajar en un mundo más actualizado y más seguro.

Millones de empresas han compartido y utilizado sin medida los datos de millones de usuarios. El RGPD llegó como una especie de queja en forma de ¡Basta! Ha sido la ocasión perfecta para que las personas vean reforzados sus derechos, su intimidad y sus datos personales. Vivimos en un mundo digitalizado, y eso ha hecho que el Reglamento se muestre más exigente.

Gracias a su aplicación, los cursos de formación han podido demostrar su transparencia y su ética. En realidad, nada ha cambiado a peor, sino todo lo contrario. El esfuerzo por cambiar la manera de tratar nuestra información puede parecer una tarea compleja al principio, pero después, cuando logras implantar un sistema seguro, todo va sobre ruedas.

Tú y tus clientes estaréis agradecidos eternamente.

Claridad ante todo en las relaciones empresariales y personales

Si hay algo necesario en las relaciones personales y empresariales es la claridad. Mientras estos dos eslabones tengan claros sus derechos y sus obligaciones, no tiene por qué haber un problema. Las empresas deben ser capaces de mostrar con claridad cuáles son sus políticas, su protección, sus cookies, etc.

Usuarios y empresas son dos realidades diferentes con un punto en común: ambos quieren y deben permitir la circulación de datos de manera controlada. Los usuarios son dueños de su propia información y necesitan confiar en las empresas de formación a las que acceden. Por eso, las relaciones de los alumnos con los centros educativos se basan cada vez más en la confianza.

Y no solo eso. Desde el otro lado, desde el de profesores u otros profesionales de estas empresas, quieren garantizar la originalidad de su material y evitar el plagio a toda costa. Desde luego, las técnicas más actualizadas, basadas en el cifrado/encriptado y la tecnología IRM se han convertido en el plato fuerte de la ciberseguridad en nuestros días. Un combinado perfecto para proteger la información de manera sencilla y rápida.

¿Quieres saber algo más? Pregúntanos y no te quedes con la duda.