Tus alumnos valoran la protección de sus datos

¿Formas parte de un centro formativo? ¿Trabajas enseñando a tus alumnos? Si es así, es importante que conozcas el valor real que le están otorgando a los datos proporcionados en el curso de formación. Nombres, apellidos, DNIs, números de cuenta… Decenas de datos sensibles son aportados por los alumnos para realizar los trámites necesarios en los cursos de formación.

Y tú, ¿estás brindando la seguridad que necesitan?

El valor de los datos personales

Son tuyos. Tu información personal. La sientes tan tuya que ni siquiera se te pasa por la cabeza que alguien pueda utilizarla más allá de lo permitido. Pero ocurre. Es algo que está ocurriendo, y basta con voltear la mirada hacia las páginas de los periódicos que cada año nos hacen testigos de noticias como esta: “Un hackeo obligará a repetir el examen de selectividad a 5.000 alumnos”, según ADSL Zone.

Desde la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), muchos profesionales se preguntan cuánto valen sus datos. Quizás, no ponerles precio sea el precio más alto. En cualquier caso, el valor de nuestros datos es muy grande. Tal y como señala Jaron Lanier en su último libro.  “no conozco otro valor que sea tan ampliamente discutido como el valor de los datos personales”.

¿Qué ocurre en el mundo formativo?

En la sociedad actual en la que nos desarrollamos como seres humanos existe una ligera tendencia a extender con cierto pasotismo el acceso a nuestros datos personales. Basta con echar un vistazo a Facebook, donde los datos brindados por los españoles “podrían ascender a 565 millones/año”. ¿No es realmente abrumador?

En los cursos de formación, presenciales y online, brindamos información personal que atiende desde el nombre hasta el expediente académico de toda una vida. Los alumnos brindan cada vez más valor a esta información, sobre todo desde la aplicación del RGPD y el desmantelamiento de numerosos casos de hackeo.

Utilizar los datos de terceros en beneficio propio es un delito tipificado. Por eso, a la hora de apostar por un curso o centro formativo, los alumnos o empresas ya no se fijan únicamente en el material o en los profesionales, sino también en la manera en que se protegen sus datos. No quieren correr ningún riesgo.

Nos encontramos ante el reflejo de una sociedad que ya no pasa desapercibida ante la ciberseguridad.

Contar con un sistema de protección de datos

No podemos perder de vista los elementos fundamentales sin los que el cumplimiento de la materia de protección de datos queda coja. Sus consecuencias pueden ser muy graves, tanto a nivel reputacional como económico. Precisamente por ello, profesionales del mundo de la ciberseguridad han desarrollado herramientas basadas en la tecnología IRM (Information Rights Management) y el cifrado de datos, un combinado perfecto para cumplir con los requisitos.

Los cursos de formación requieren calidad en el trabajo, una calidad que no solo se mide en la profesionalidad de la enseñanza, sino también en la organización y en la protección. Prescindir de estos sistemas de seguridad nos vuelve vulnerables ante cualquier brecha de seguridad, pues la integridad de los documentos podría verse muy afectada.

Nunca antes habíamos tenido ante nosotros una oportunidad igual, y es que este tipo de tecnologías no solo permiten proteger los datos sino mantener el control sobre el acceso a los ficheros, la realización de las tareas, y una larga lista de cosas que aportan al alumno la atención requerida. Importar las listas de los alumnos y asignar los permisos de acceso a documentos nunca fue tan sencillo.

Profesores y empresas tienen una gran responsabilidad por delante.